Con los kms los taqués, que son los que pisan las válvulas, se van desgastando, por lo que hay que reglarlos en función de ese desgaste para que abran bien las válvulas. Hoy en día la gran mayoría de los motores llevan taqués hidráulicos que no necesitan reglaje (el propio aceite hace esa función)
La teoría es que, debido a la dilatación de las piezas metálicas, si no se dejara una cierta holgura entre leva y válvula (o balancín, si es que lo hay por en medio), al calentarse el motor, y dilatarse las piezas, la válvula no llegaría a cerrarse totalmente, el motor perdería compresión y se dañaría la válvula y el asiento por la fuga de gases a alta temperatura y presión. El reglaje de válvulas no es otra cosa que asegurar que esa holgura se mantiene en los valores correctos, de forma que no sea demasiado elevada (se escucharía el típico repiqueteo), ni demasiado pequeña (las válvulas se quedarían pisadas como he explicado antes). Los coches modernos en su mayoría no necesitan reglaje de válvulas, pues existen diferentes sistemas que permiten absorber la dilatación de los materiales, sobretodo los taqués hidráulicos. A pesar de ello, cierto tipo de motores más especiales aún lo siguen necesitando, como los M.