Aún existen obstáculos en la lucha por incrementar la seguridad de los más pequeños cuando viajan en coche. Estados Unidos quiere acabar con esta situación: esta semana, realizará un llamamiento para que se aumenten los estudios sobre la reacción del cuerpo de los niños en un accidente. Los ingenieros aún deben avanzar mucho en sus investigaciones para determinar cuál es la mejor manera de proteger a un niño cuando viaja en coche. Sin embargo, la seguridad de los pequeños no es tarea exclusiva de estos profesionales: muchos padres no hacen caso de los consejos ofrecidos por la Administración Nacional para la Seguridad en el Tráfico de Estados Unidos (NHTSA, en sus siglas en inglés), que recomienda emplear elevadores. Estos dispositivos ofrecen una protección mayor que el cinturón de seguridad. Además de iniciar una campaña para concienciar a los adultos, los profesionales se esfuerzan por conocer cómo reacciona el cuerpo de un niño en un accidente. Norteamérica ya ha puesto en marcha varias iniciativas en este sentido; algunas de ellas podrían ser exportadas a Europa. Por ejemplo, la NHTSA ha propuesto un crash-test en el que se emplee un “dummie” que represente a un niño de diez años. En muchos casos, el cinturón de seguridad no se adapta a los “peques” de esta edad, ya que aún no son lo suficientemente altos. En la actualidad, la protección que ofrecen los elevadores se examina con “dummies” de 22 y de 28 kilos. Sin embargo, este organismo estadounidense cree que es necesaria una nueva figura, con un peso de 34 kilos. En Europa ocurre algo similar, ya que los tests que lleva a cabo EuroNCAP se realizan con maniquíes que representan a niños de un año y medio y de tres años. Además, la agencia estadounidense tiene que determinar cómo debe ser el diseño de este “dummie” para que pueda medirse el alcance de las lesiones abdominales, las más frecuentes entre los pequeños. “Los cuerpos de los niños reaccionan de manera diferente a los de los adultos en un accidente, por lo que no podemos limitarnos a realizar un ‘dummie’ a escala”, señalan expertos en pediatría. Nuevas sillitas Continuando con la cruzada por la seguridad infantil en los vehículos, ingenieros especialitas en esta materia presentaron ayer una sillita (llamada SafeGuard), en la que niños de hasta 30 kilos pueden emplear un arnés, en lugar de pasar al elevador cuando pesan más de 18 kilos. El nuevo dispositivo intenta eliminar uno de los problemas más comunes cuando se coloca a un niño en los asientos traseros. En muchas ocasiones, las sillitas quedan demasiado sueltas, pero la presentada por estos especialistas cuenta con un sistema que la mantiene en su sitio firmemente. Además, un marco de aluminio absorbe la energía generada en un impacto. La intención de los diseñadores de este asiento es presionar a la industria, con el fin de que se avance en la investigación sobre la seguridad de los más pequeños. “Las sillitas actuales son muy parecidas a las de 1980”, explican. Más iniciativas Nuevos estudios sobre la protección que ofrecen los elevadores indican que, en un choque lateral, son un 58 por ciento más efectivos que los cinturones de seguridad. Sin embargo, las investigaciones también muestran que estos dispositivos deberían estar diseñados para acomodar niños más altos y con un peso mayor. Por otra parte, la Oficina para la Seguridad en el Tráfico va a recomendar que los estados norteamericanos adopten leyes sobre el uso de los elevadores. En Michigan, por ejemplo, los niños mayores de tres años ya pueden viajar en los asientos con la única protección del cinturón. Estos “peques” son aún demasiado bajitos para emplear este dispositivo, ya que la cinta que pasa sobre los hombros suele quedarse en su cuello. Con los elevadores, este problema se resuelve.
Todo lo que sea por seguridad =D= =D= =D= =D= y si encima es para los niños, mejor que mejor. Creo que es el mejor tiempo y dinero empleados.
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