Volkswagen perfecciona el coche autopilotado VOLKSWAGEN GOLF GTI 53+1 Las pruebas que la factoría alemana está desarrollando en sus circuitos de pruebas están dando espectaculares resultados en un coche que no necesita conductor para realizar su trayecto. Más de tres décadas después de la aparición cinematográfica de Herbie, el coche que ganaba carreras solo y que se convirtió en un icono de los años setenta y ochenta con cuatro películas y numerosas apariciones en series de televisión, Volkswagen vuelve a rescatar su espíritu y su mítico número 53, para evolucionar la idea del coche que se conduce solo. La marca alemana Volkswagen está desarrollando un prototipo que se conduce a sí mismo, es decir, no necesita de conductor, incluso a máximo rendimiento. Se trata del Golf GTI 53+1, que gracias, sobre todo a la tecnología GPS, permite realizar un recorrido con precisión milimétrica. Pero, ¿qué tiene este coche que no tenga un Golf normal? Los numerosos avances con los que cuenta este coche permite un correcto funcionamiento con tan sólo añadir un ordenador que controle el sistema al mismo, un MicroAutoBox de dSpace. A ello hay que sumar un cableado Can Bus de control sobre la dirección electromecánica, un mando acelerador de control eléctrico modificado para adaptarlo a la conducción sin conductor y un laser lector de la marca Ibeo que en un radio de 130º permite el reconocimiento y lectura del trazado. A todo esto hay que añadir el doble sistema de navegación por satélite con el que cuenta que le hace totalmente preciso. Para ello, Volkswagen ha añadido un DGPS, además del sistema GPS con el que cuentan ya la mayoría de los vehículos que permite obtener la información de la localización del mismo. El nuevo DGPS ofrece la posibilidad de corregir las diferencias existentes entre la información de posición del satélite y la real, que suele ser de unos metros, reduciéndola a un pequeño rango de centímetros, o incluso de manera milimétrica. Sin embargo, sólo funciona si el GTI 53+1 dotado de éste Sistema de Posicionamiento Global Diferencial está cerca de un transmisor fijo terrestre. De esta manera, el funcionamiento del prototipo a la vista de los avances implantados resulta relativamente sencillo. El escáner laser reconoce la trayectoria marcada por los conos en un primer recorrido de conducción a baja velocidad gracias al DGPS. En una segunda fase, el GTI valora los datos obtenidos y decide cuál es el pasillo ideal a seguir en cada momento para que el coche se mueva por el circuito de la manera más rápida, eficaz y segura posible. Así pues, las siguientes vueltas al recorrido el Volkswagen Golf GTI 53+1 las realizará cada vez a mayor velocidad, sin variar un ápice su propia conducción y sin equivocarse lo más mínimo en la trayectoria, como si de un piloto profesional se tratase. La tecnología implantada en este coche afecta también al mecanismo de dirección, que le permite realizar cambios de trayectoria de manera casi perfecta. Durante la conducción, la plataforma transmite los parámetros al ordenador interno y la localización del coche, que configura las coordenadas correspondientes para determinar el ángulo de dirección y el par de giro como una función de la maniobra. Volkswagen tiene pensado utilizar este proceso de desarrollo, mucho más intensivo y minucioso, para perfeccionar el comportamiento dinámico de sus vehículos. El rendimiento y los resultandos que vaya ofreciendo este GTI en las pistas de prueba de Ehra-Lessien, en Alemania, permitirá, entre otras cosas, llevar a cabo estudios de conducción al límite de su rendimiento y análisis de los sistemas de producción. También en España La idea de fabricar un coche autónomo también se está desarrollando en nuestro país. El Instituto de Automática Industrial (IAI) lleva varios años desarrollando un proyecto similar al de Volkswagen denominado Autopía, que ya ha logrado varios éxitos. El primero de ellos la circulación sin conductor de la distancia indicada, eso sí, a baja velocidad. Y el segundo y más reciente de todos, la capacidad de reducir su velocidad e incluso detenerse si fuera necesario en el caso de encontrar un obstáculo en su camino.
